La escurridiza autenticidad
Nadie cuenta cuánto pesa el disfraz de intentar ser alguien más, todos sentimos la levedad de seguir el camino más natural, el nuestro.
Mi intención con este espacio (y con mi vida) es siempre decir la verdad. Y la verdad de esta semana es que no he encontrado mi flow habitual para escribir, este es mi tercer intento de publicar algo, lo que sea, con tal de que sea hoy. Es viernes en la tarde, el clima de Nueva York está espectacular, yo estoy en mi sofá tomándome una kava, mientras de fondo medio veo la semifinal masculina del Roland Garros.
Esta semana me he sentido cansada, el horario de verano me tiene la vida súper descontrolada. Está atardeciendo a las 8:30 pm, que cuando me había tocado en vacaciones me parecía lo máximo, pero ahora en la cotidianidad, está haciendo que los días me parezcan infinitos y confusos. Mi horario se volteó y ahora estoy cenando a las 9:30 pm y desayunando a las 10:30 am (¿qué es estooo?). Yo que soy una auto proclamada morning person, estoy prefiriendo entrenar en las tardes y salir a pasear en bici con Cae o practicar sailing hasta las 8 pm, que en verdad parecen las 4 de la tarde. Los días están llenos de planes y la ciudad llena de vida, no dan ganas de estar en la casa nunca y dan ganas de tomar todo el día.
Confusión.






En medio de toda esa confusión, entra una más grande. ¿Quién soy yo? Jajajaja es viernes y me rehuso a entrar en muchas complejidades. Así que manteniéndolo light, ha sido una semana interesante al menos con respecto a este blog. He leído muchas cosas que me han encantado y he apuntado ideas nuevas para escribir aquí (inspiradas/copiadas) de lo que escriben los demás.
Y así empecé tres entradas diferentes, inspiradas en ideas de los otros, pensando que si me había gustado taaanto ese tema era porque yo misma tendría algo que escribir al respecto. ¿Y saben qué pasó? Nada pasó, nada fluyó, me quedé atorada en los tres esperando que llegara esa inspiración que nunca llegó.
Me parece súper revelador que no haya funcionado buscar la inspiración afuera, de hecho, me parece revolucionario para decirles (nuevamente) la verdad. En un mundo que es cada vez más copy-paste, donde todas las personas (al menos en redes sociales) quieren verse iguales, hacer los mismos planes, postear las mismas fotos, inyectarse la boca en el mismo lugar, es realmente revolucionario darme cuenta que ese tal vez no sea mi camino. Creo que nunca lo ha sido.
Es algo muy humano querer encajar, es algo profundamente adolescente querernos definir por medio del grupo social al que pertenecemos y que todo lo que importe sea la aceptación de ese mismo grupo social. Pero ¿no les parece que estamos ya todos muy viejos para seguir pensando que eso es lo ‘normal’?
Hay un fenómeno que me ha comenzado a perturbar mucho recientemente, y es la universalidad de lo que es “AESTHETIC”. Parece que el mundo entero siguiera los mismos guidelines de lo que es lindo o cool. En el último año he estado en Ciudad de México, en París, en São Paulo, y en Nueva York y siento que en cada uno he visitado restaurantes igualitos, con la misma 'aesthetic’, mismo lugar, diferente nombre. He visto muchos videos en TikTok de mujeres preguntando “So, girls, what shoes are we wearing this summer?”1. Y el artículo más comentado en Nueva York es este, sobre la uniformidad de las chicas que viven en el West Village, que salen vestidas todas exactamente igual.
Las redes sociales se han convertido en un eco de lo que nos gusta, bombardeándonos con cada vez MÁS contenido de los mismos 3-4 temas. Llega un momento, en el que sentimos que “todo el mundo” está haciendo/diciendo/pensando algo y que nosotros somos los únicos que estamos por fuera. Llega un momento en el que nos encontramos copiando consciente o inconscientemente a personas que ni conocemos. Haciendo sus mismas poses, queriendo su misma ropa, usando sus mismos filtros, ¿deseando sus mismas cirugías?2
Mmmmm… BORINGGGGG!!!
Miren, yo no creo que exista algo realmente ‘nuevo’, ni que exista quien sea 100% ‘auténtico', yo soy fiel creyente que somos todos una mezcla de cosas, temas y personas que amamos y que han dejado un pedazo de ellos con nosotros. Las personas más cercanas, los objetos en mi casa, mis libros favoritos, las canciones que me encantan. Yo soy un poco todo eso, sí, orgullosamente. Pero todo lo he decidido, yo he comprado las cosas, las he recibido, he invertido horas y horas de mi vida con mis personas favoritas, he escuchado o en visto en repeat lo que me encanta, lo que me enciende el alma.
Pero en redes sociales yo no fui quien decidí. Decidió algún programador en algún sótano3 qué es lo que yo voy a ver cada vez que entro a Instagram, TikTok, Twitter, o lo que sea. En este punto, la mayoría de las veces llego a fotos o videos que son de cuentas que no sigo. En este punto, la mayoría del contenido me quiere vender algo, sea una idea, un producto o un servicio. En este punto, lo que menos veo son mis amigos, que como yo, cada vez consumen más y postean menos. Triste.
Volviendo al punto, en un mundo que cada vez está más ‘globalizado’ gracias a aquel programador del sótano, se está perdiendo bastante la autenticidad, la real, ese collage hecho de todo lo que amamos, y se está siendo reemplazado por el collage de nuestros feeds, aquella idea etérea que perseguimos y de lo que queremos hacer parte, pero a lo que nunca llegamos. ¿Tal vez en el fondo sigamos sintiéndonos adolescentes? No lo sé, pero lo que sí sé es que todavía tengo la capacidad de YO escoger quién soy.
Así que ¿quién soy yo hoy? Al menos fui la que tuvo el coraje de sentarse a escribir todo esto porque sí, y no la que se fue por aquellos caminos andados por otros e intentados copiar por mí. Este ejercicio creativo de escribir es bastante confrontador, revelador y mágico; hoy por ejemplo me enseñó que el valor de la autenticidad es seguir lo que fluya, no forzar nada. El camino que se siente más fácil, es normalmente el camino más auténtico, y todo aquello que es forzado le damos las gracias, un besito y lo dejamos ir. Será el camino de alguien más pero al menos hoy, no es el mío.
Besis,
Betti
¿Me estás diciendo que no puedes decidir lo que te vas a poner tu solita? ¿Tienes que esperar a ver qué te dice el internet? Excuse me, pero es hora de volvernos adultas.
No quiero ser aquí la superior a todo esto, si estoy escribiendo al respecto es porque ya conozco el sentimiento, ya he querido inyectarme la boca, tomar Ozempic y tener algún bolsito que está de moda en el momento. No que me sienta orgullosa al respecto, todo lo contrario.
No sé por qué vino esa imagen mental, pero buej
Delícia de texto ! Às vezes meio jovem e mais vezes muito profundo e filosófico! Essa alternância entre o lá e o cá, entre o sim e o não são o que fazem o texto super interessante e muito atual ! Parabéns! 😘